jueves, 14 de abril de 2011

work in progress

prescriptum.

yo quería que esto fuera un reportaje. pero la historia de mi familia, de esta parte de mi familia, no es tan entretenida como para eso.

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Esa noche llegué a mi casa como a las nueve de la noche, venía del liceo en el que apenas empezaba a trabajar, muy a mi pesar, motivado por las deudas que acarrea mi familia. Mi madre, mi hermano y yo debemos mucha plata, estamos endeudados.

Yo ya sabía lo que pasaba, tenía que ser algo grave para que me llamaran al trabajo, digo. Era mi abuela. La mamá de mi papá estaba muriendo. Mi papá murió hace diez años. 

Decir que desde entonces no nos vemos sería exagerado, pero casi. Más bien se podría decir que son parientes. Desconocidos borrosos en recuerdos de infancia y campo.

-Tómalo con Andina, dijo David Joel, mi tío, el día de la muerte de mi padre.

No es que les tenga rencor, de hecho no entiendo bien porque escribo en plural cuando hablo de... eh... ellos. Los conozco tan poco que apenas los distingo.

La cosa es que mi abuela Rosa Amelia se está muriendo. Ella vive en Los Ángeles. Santa María de Los Ángeles. Los pagos de mi papi, donde quería que echar raíces. Tierra. La escuela para contador, la cancha en el bajo, el mausoleo de la Sociedad de Socorros Mutuos de Obreros de Los Ángeles, la plaza de Antuco con su barco incomprensible en plena cordillera, la siesta en Chacayal.

Venía llegando del liceo. teníamos que ir a Los Ángeles, con Odette y mi hermano.

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