para expulsar estos fantasmas
hay q llevar todo el peso a las plantas
y soltar
pensar en cada huesito
y soltar
y correr así a lo Forrest
por el Parque Bustamante
la Quinta Bella
y la Gran Avenida...
correr es
recuperarse en el trote
y respirar hondo
por mi
por ti
y por todos los compañeros
porque la cura de sueños no altera el ritmo de las vigilias
y casi como el desapego,
la cura parte por casa
lunes, 28 de abril de 2014
martes, 22 de abril de 2014
"La transgresión no es la negación de lo prohibido, sino que lo supera y lo completa", por Georges Bataille en La Transgresión
Si la transgresión propiamente dicha, oponiéndose a la ignorancia de la prohibición, no tuviera ese carácter limitado, sería un retorno a la violencia, a la animalidad de la violencia.
Sin embargo, no es eso en absoluto lo que sucede.
La transgresión organizada forma con lo prohibido un conjunto que define la vida social.
Por su parte, la frecuencia -y la regularidad- de las transgresiones no invalida la firmeza intangible de la prohibición, de la cual ellas son siempre un complemento esperado, algo así como un movimiento de diástole que completa uno de sístole, o como una explosión que proviene de la compresión que la precede.
Lejos de obedecer a la explosión, la compresión la excita.
Esta verdad, aunque se fundamenta en una experiencia inmemorial, parece nueva.
Pero es bien contraria al mundo del discurso, del cual proviene la ciencia.
Por eso sólo tardíamente la encontramos enunciada.
Marcel Mauss, seguramente el intérprete más notable de la historia de las religiones, tuvo conciencia de ello, y lo formuló en su enseñanza oral. En su obra impresa, esta consideración aparece al trasluz sólo en unas pocas frases significativas.
Roger Caillois, que siguió la enseñanza y los consejos de Marcel Mauss, fue el primero en presentar, en su «teoría de la fiesta», un aspecto elaborado de la transgresión.
Sin embargo, no es eso en absoluto lo que sucede.
La transgresión organizada forma con lo prohibido un conjunto que define la vida social.
Por su parte, la frecuencia -y la regularidad- de las transgresiones no invalida la firmeza intangible de la prohibición, de la cual ellas son siempre un complemento esperado, algo así como un movimiento de diástole que completa uno de sístole, o como una explosión que proviene de la compresión que la precede.
Lejos de obedecer a la explosión, la compresión la excita.
Esta verdad, aunque se fundamenta en una experiencia inmemorial, parece nueva.
Pero es bien contraria al mundo del discurso, del cual proviene la ciencia.
Por eso sólo tardíamente la encontramos enunciada.
Marcel Mauss, seguramente el intérprete más notable de la historia de las religiones, tuvo conciencia de ello, y lo formuló en su enseñanza oral. En su obra impresa, esta consideración aparece al trasluz sólo en unas pocas frases significativas.
Roger Caillois, que siguió la enseñanza y los consejos de Marcel Mauss, fue el primero en presentar, en su «teoría de la fiesta», un aspecto elaborado de la transgresión.
martes, 8 de abril de 2014
(parafraseando a cardani)
si,
salieron y pasaron un buen rato
pero recuerda:
el chaumín es el especial,
no tu
salieron y pasaron un buen rato
pero recuerda:
el chaumín es el especial,
no tu
domingo, 6 de abril de 2014
viernes, 4 de abril de 2014
emprende el viaje
cierra el círculo, ordena las cosas; no dejes cabos sueltos.
no huyas, solo vete
tu corazón, tu espíritu y tu cuerpo son suficientes
no huyas, solo vete
tu corazón, tu espíritu y tu cuerpo son suficientes
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