viernes, 30 de abril de 2010

deseo y represión

y desde ese día dejaron de verse
y no volvieron a comer helado de harina tostada
ni melón royendo horizontales

jueves, 29 de abril de 2010

Con las manos en la masa



Hoy día vinieron de pasadita el W y la M con así un frasco de hojas, para discutir cual sería el mejor destino que podíamos darle.

Buscamos en internet varias recetas y una vez informados nos decidimos por unas sabrozas galletas que hasta canela y miel le llevan.

El amasado es bastante, y si no es porque M agarró a combos la masa, todavía estamos echando harina.

Después, cuando estaban en el horno justo se acabó el gas, pero mejor porque estaban precisas y cuando se enfriaron quedaron crocantes y no duras como palo que es lo que pasaba si seguían al solcito.

martes, 27 de abril de 2010

saldo de emergencia



y soñé con el maricón de Apolo, enfermo y moribundo en hospitales con pasillos y ventanas entre pasos que resuenan en maderas, yo, vestido de enfermera, silvando y con bigote entre los perros, jaurías del otoño asalvajadas superviven lo que impulsa nuestro mundo: nadie con sus carnes pasará junto a los canes para verte , es la vida desatada, me decía entre la fiebre y los ladridos, labios rotos, garrapatas en pasillos con ventanas dan a patios amarillos remolinos de aluminio ya sin viento entre las hojas en el suelo donde nacen las camadas eutanasia.

lunes, 26 de abril de 2010

Desactivar la bomba a tiempo


si mi cuerpo fuera una metáfora de lo que siento, habría que entregarle a mi madre una bolsa con los pedacitos

Reconstrucción



Esta foto la tomamos el jueves pasado con el Boris

viernes, 23 de abril de 2010

sometimes

en ocasiones, uno es mala persona y la paga. Va por lana y sale trasquilado, se cree vivo y no sabe ná,

y no aprende,

presente

¿y ahora quién es la escoria humana wachito?
besitos en el potito

cerrar

cerrar la puerta por fuera
agarrar las cositas
y partir

son sombritas

son sombritas
que asustadas no molestan
nos cuidaban a su modo agonizante de cariños sin alivio

(hay sectores controlados por los perros, son jaurias liberadas, son el parque en los otoños)

viernes, 16 de abril de 2010

para que te duela el corazón... es necesario tener uno

para que te duela el corazón... es necesario tener uno

calavera no llora, no tiene corazón

lunes, 12 de abril de 2010

uranio disperso

sampleando poemas ajenos, recitando de oidas.

¿cómo eran las palabras de tu amiga, esa luna que no es nueva bajo el velo con encajes y lunares sobre el rostro que azorados disimulan cardenales de nostalgia y misticismo, que recuerdan que a los palos, dando tumbos aprendimos que no hay caso en la figura de una pena resilente vigilada desde el cielo por las aves zionistas?

Pueda ser que el sol sea reflejo en las particulas de polvo,
y la foto se desvele
o que un resorte rompa un vidrio reflectante y malas fotos siete años.

Pueda ser que el sol sea reflejo,
y que el velo cardenales al agüaite de lunares contragolpe de la musa que se venga,
son amigos olvidados por sus manchas en pulmones,
en presidios,
son sus alas mutiladas por las jaulas medio pollo
tomó un río y fumó el polen que florece en el desierto y camanchaca,
con los dientes apretados dice cosas mientras duerme y luego anota
¡es tanto el tiempo, pajaritos que discuten plan de invierno!
ya está bueno de ésta vida inconexa y convulsiones del encierro,
polvo extinto al reventarse capitales
tan ajenos como el verso
al que acudimos como al cerro en maremoto,
como al búnker en bombardeo,
como al trago cuando hay problemas,
desvelados como fotos con smog
tras la cubierta que es el velo
hay moretones incurables,
permantentes,
corazón en bandolera no da tregua ni hay sosiego en las palabras que repito en mi cismado,
boquerones amaranto,
cardenales tras furtivos intercambios de epicentro replicados en paredes que hoy no tiemblan:
telarañas de a poquito van secando sus humores de lamentos.

domingo, 11 de abril de 2010

CATULO, selección de poemas traducidos por Ernesto Cardenal

me preguntas, lesbia, cuantos besos me bastan:

Cuantas son las arenas del desierto de Libia, en Cirene,
entre el óraculo de Júpiter y el sepulcro de Bato;
cuantas son la estrellas que en la noche callada
contemplan los amores ocultos de los hombres.

Estos besos le bastan a tu loco de Catulo,
que no puedan los curiosos calcularlos
ni la maledicencia causarles maleficio.

--

.....................................................................................
.....................................................................................
.................pero no te escaparás de mis yambos..................
.....................................................................................
.....................................................................................

--

Odio y amo. Tal vez me preguntéis por qué.
No lo sé, sólo sé que lo siento y que sufro.

--

Pobre Valerio Catulo no te hagas ilusiones
y lo perdido dalo por predido.
Para ti ya brilló el sol una vez,
cuando corrías detrás de la muchacha
que amé como ninguna otra ha sido amada.

Y hubo entonces, ¿recuerdas? tantos goces
que tú pedías y ella no negaba.

Sí, para ti ya brillo el sol una vez.

Ahora ella no quiere: tú no quieras tampoco.
Ni sigas a la que te huye, ni estes triste,
sino pórtate valiente, no claudiques.
Adiós, muchacha, Catulo ya no claudica,
ni nunca más te buscará, ni volverá a rogarte.

Pero a ti te pesará cuando nadie te ruegue.

¡Me da lástima por ti! Pienso qué días te esperan.
¿Ahora quien te visitará? ¿Para quien serás bella?
¿A quien vas a besar? ¿A quién le morderas los labios?
Pero tú, ¡valiente! Catulo ¡no claudiques!

--

Celio, nuestra Lesbia, aquella Lesbia,
aquella Lesbia a la que amaba Catulo
más que a él mismo y que a toda su familia,
ahora se vende en las plazas y los boulevares
de Roma.

--

Tan enredada está mi razón, mi Lesbia, por tu cualpa,
y por seguirte a ti está tan perdida,
que ya no podré estimarte por muy bien
que te portes
ni por muy mal que te portes dejaré de quererte.

jueves, 8 de abril de 2010

a veces

cachay q a veces veo a mi pc conectado a los parlantes,
al mouse,
a la luz,
a la impresora
y a la webcam
y pienso que parece un enfermo terminal el pobrecito,
como en la uti de algún hospital abandonado,
lleno de cables.

lunes, 5 de abril de 2010

pescadas en un abrir y cerrar de ojos

[01:16:46] piedra dice:
http://twitter.com/karol__dance
[01:17:28] mapocho dice:
pq me mandai eso?
[01:18:01] mapocho dice:
nooo po
[01:18:18] mapocho dice:
si acuerdate q a mi me gusta artv y merluzas asi
[01:18:22] mapocho dice:
mm
[01:18:23] mapocho dice:
merluza
[01:18:28] mapocho dice:
ya se q quiero comer mañana
[01:18:42] piedra dice:
jajaajaja
[01:18:48] piedra dice:
eeella la chiquilla ilustrada
[01:18:59] piedra dice:
karol dance super logi
[01:20:04] mapocho dice:
ese es el q bailó con tu hermana me dijiste?
[01:20:42] piedra dice:
http://twitter.com/FALOON_STAR_
[01:20:48] piedra dice:
carretearon anoche en un depto
[01:21:06] mapocho dice:
no
[01:21:23] mapocho dice:
q lata mirar la vida de esos niños
[01:21:28] dice:
jajaajajajaa
[01:21:31] dice:
me da risita
[01:21:38] mapocho dice:
q cosa?
[01:21:58] mapocho dice:
en un parpadeo tenemos cincuenta años estamos gordos y solos mirando la vida de estos niños
[01:22:09] mapocho dice:
sin haber hecho nada mas durante los ultimos 30 años

domingo, 4 de abril de 2010

los gatos y los vinos


(prr prr prr) tarde donde el wari y su hermano chato, amigos conocidos cuando crío en delirios de bomberos.

Mientras el cachorro de gato jugaba con las hojas de albaricoque bajo la parrilla, el sol se iba muy temprano. En tanto, conversamos un chimbombo de papaya con los anfitriones y la maldita.

El vino lo pédimos fiado en la botillería de don Luís, el chato le debe más de 30 lucas a ese hombre, pero le juró que mañana pagaba, mañana porque mañana le pagan. El jugo, lo damos nosotros.

Asi vimos caer la tarde prematura oyendo Sonar, el inexplicablemente buen proyecto radial de canal 13.

-¿y cómo que saliste de la casa ermitaño?, me interroga la maldita.
-tsss, te oyera mi madre, le respondo.
-y esa camisa tan bahiana... la compraste en tus únicas vacaciones, ermitaño?



Fumamos mientras veíamos pasar la tarde, frutos de noble prosapia aún en desarrollo y con secado de sartén, mientras juegaba con algún otro gato que echaba a andar los motores cuando se subía y entonces se ponía fundido, baboso sobre las piernas flacas del hombre solo que es el buen chato, quien además vive con un cuy. Un Cuy es un ratón chascon y de tres colores que casi no se mueve durante el día.


Indiferente a nuestro chimbombo estaba en el patio estaba la pobre Danka, pastora alemana mega flaca que quedó ciega, pero la Danka tiene su revancha: cuando puede se come las matas de aquel que por puro parecerse a Cobain aprendió a tocar guitarra como zurdo antes que como diestro. Y así le fue.

Estos días oscurecen temprano.

jueves, 1 de abril de 2010

DESHECHA ROSA


Escrito por Manuel Rojas, al fallecer su primera esposa María Luisa Baeza.
1

Construido con elementos de timidez y de urgencia,
de pasión y de silencio;
a través de ganzúas y de ladrones hábiles,
acompañado de anarquistas perseguidos por la policía
y de cómicos que morían sin éxito en los hospitales;
entre carpinteros de duras manos y tipógrafos de manos ágiles;
soñando en la cubierta de los vapores
y en los vagones de carga de los trenes internacionales;
con muchos días de soledad y de cansancio,
sin lágrimas, con los zapatos destrozados,
por las calles de Santiago o de Buenos Aires;
ganándome la vida y la muerte, a saltos,
como los tahúres o los rufianes;
cultivando, sin embargo, una gran rosa ardiente,
decidido y vacilante,
llegué donde tú me esperabas con tu ardiente rosa.
No traía sino mi don de hombre,
mi pequeña gracia de narrador
y tres abejorros con hambre.

2

Apretada e intacta, construida con elementos de lentitud y de ternura,
tú venías,
empujada por los vientos de Valparaíso
y a través de los cardúmenes de su bahía.
Por entre los álamos del Aconcagua
y tinajas hirviendo de dulce chicha,
acompañada de campesinos con las barbas mojadas de garúa
y huasos de ojos verdes, que cultivaban la poesía:

- Clara se llamó mi madre,
y mi padre, Claridad;
y yo me llamo Clarisa:
¡Miren que casualidad!;

entre normalistas azules que reían
y novios enfermos del pulmón, que morían
a través de niños que aprendieron a leer mirándose en tus ojos,
tu rosa cerrada para mis tres abejorros hambrientos traías.

3

Fuiste mía y fui tuyo "en el oscuro pensamiento de la noche".
Sin reservas, con locura y con ternura,
unidos en la sangre, en el aliento y en la piel
buscamos aquello que nos unía
y que nunca supimos que era.
Las largas noches eran nuestras, y nosotros eramos de la noche,
trabajadores fervientes, entre murmullos
y silencios de reposo y espera,
como mineros que buscaran o como joyeros que pulieran.
La piel fina y caliente de tu cintura,
la áspera piel de mis piernas;
mi boca impaciente y tu boca deseosa de obedecer;
mis manos como hormigas entre tu cuerpo de panal nocturno;
tu espalda que se arqueaba y mis largos y tenaces brazos;
tus duras piernas y mis insistentes rodillas entre ellas;
mi lengua y su apasionado itinerario.
Y tu recato y mi persuasión,
y tu arrullo y mi contenido grito
de hallazgo o de sorpresa:
en la alta noche, creando, latiendo, buscando,
trabajando con su propio material
su gozoso y limpio destino, esmeradamente.
Y de tu vientre
los abejorros brotaban chillando y mamando,
entre mis lágrimas de hombre y tus sonrisas de mujer.

4

Así ocho años como ocho rosas de doce pétalos
o simplemente ocho años.
A través de sus días y sus noches
tú mirabas blanquear mis sienes
y yo veía cómo tus labios perdían su frescura.
Pero era en tí donde moría mi juventud,
en mí moría la frescura de tu boca.
Alcanzábamos nuestro gozoso y limpio destino.
Los abejorros mamaban y crecían;
mi madre y mis amigos,
y tus amigas y tus parientes, se detenían
y se inmovilizaban en el espacio y en el tiempo,
helados, indiferentes a los sollozos y a las lágrimas.
Ocurrían revoluciones, y los carabineros
eximían de sus exámenes a algunos estudiantes
y de su vejez a algunos obreros;
pero ellos, por su parte, abandonaban a sus caballos en las calles
y en los conventillos a sus viudas,
y estas, llorando, cobraban escasas pensiones de viudez,
mientras los Presidentes de Chile iban y venían
y por allá se entretenían, rascándose o jugando al ajedrez.
Tranquilos, aunque envejeciendo,
contentos, aunque a veces fatigados,
veíamos caer la tarde y nos íbamos con ella,
conscientes de que atardecíamos.

5

Ahora,
desde el fondo de mi ser,
desde donde el aire se transforma en sangre
y desde donde la sangre se transforma en semen;
de más allá aún: desde donde río y desde donde lloro,
desde donde hablo y desde donde enmudezco,
desde donde me detengo y desde donde camino;
de en medio de los oscuros líquidos,
del centro de las blandas médulas,
desde la corriente de las linfas
y desde el bullir de los glóbulos;
desde donde tú puedes vivir en mí
y desde donde yo puedo vivir en tí:
tu recuerdo surge y me lame como una dulce llama,
como una dulce lengua,
¡oh, mujer mía!

6

Y busco tu rostro y tu cuerpo más allá de la muerte.
Inútilmente. La muerte no me da sino tu boca abierta
y el coágulo de sangre que salió de ella.
¿Eres tú? No lo eres. No te reconozco muerta.
Busco después tu rostro y tu cuerpo
antes de que la muerte te entreabriera la boca.
Inútilmente también. Imágenes dispersas acuden:
las manos con blandos hoyuelos,
la piel clara de los muslos,
el vello dorado del pubis,
los ojos de íntimo reflejo verde,
el vientre de niña que mi amor marchitó
y que yo amaba por sus estrías:
expresión de mi hombría y de tu feminidad.
Imágenes táctiles, olfativas, de sabor:
mi mano siente a veces el calor de tu cuerpo,
mi lengua el sabor de la tuya,
mi nariz tu olor nocturno.
Repartida a lo largo de mis recuerdos y mis sentidos,
estás en todas partes y no estás en ninguna.

7

Los abejorros te tienen, sin embargo.
aprisionada por raíces que la muerte no puedo romper,
en ellos estás, en sus miradas, en sus risas, en sus voces,
y en ellos me miras, me sonríes y me hablas.
Y en ellos te miro, te sonrío y te hablo
mientras camino, con mi gran rosa ardiente,
hacia donde tú estás con tu deshecha rosa.