miércoles, 18 de agosto de 2010

Comida Cruda

por Juan Santander

¿cómo me dí cuenta? Los platos vacíos, la sal y la pimienta en la mesa.
Imposible salir del vocabulario privado que construimos con ternura y terminó por destrozarnos.
Compartimos incluso la hinchazón de los ojos en los días de trabajo,
la maestría de maquillarse en el metro, la lluvia cayendo en los zapatos negros.
Cenas para traer y llevar, planes de vacaciones, silencios y peleas agendadas.

Todavía huimos al litoral central en los feriados religiosos.

Así me di cuenta. Por la esperanza puesta en los reproductores musicales,
por la triste convivencia con las cosas adquiridas.
Nada que no pueda arreglar un trocito de salmón sobre una bola de arroz,
un viaje a las importadoras, un helado de frutillas en el paseo Estado.
Yo fui quien te arrastró a las convenciones, yo estoy obsesionado con ellas.

Imagínate que nuestra historia avanza sin repetirse, como los árboles de un parque.

Tú tienes el corazón más grande y firme que yo, de eso también me he dado cuenta.

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