Sin prisa pero sin pausa
se dan a sí mismos
esa dulce compañia;
ese último round.
Martinez tiene que quemar las naves;
el fragor de la brega se debe estar sintiendo,
comentaba un viejo púgil.

Camionero muere calcinado por ceniza de soda.
Martínez valiente
Martínez aguantando izquierdas y derechas
parece tener ese fuego
sagrado en la pupila que se extingue y dilata.
Aunque Martínez perdió por puntos,
en una noche calurosa y húmeda,
demostró que tiene con qué,
y que el vino
y la victoria rara vez se coluden.
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