domingo, 4 de abril de 2010

los gatos y los vinos


(prr prr prr) tarde donde el wari y su hermano chato, amigos conocidos cuando crío en delirios de bomberos.

Mientras el cachorro de gato jugaba con las hojas de albaricoque bajo la parrilla, el sol se iba muy temprano. En tanto, conversamos un chimbombo de papaya con los anfitriones y la maldita.

El vino lo pédimos fiado en la botillería de don Luís, el chato le debe más de 30 lucas a ese hombre, pero le juró que mañana pagaba, mañana porque mañana le pagan. El jugo, lo damos nosotros.

Asi vimos caer la tarde prematura oyendo Sonar, el inexplicablemente buen proyecto radial de canal 13.

-¿y cómo que saliste de la casa ermitaño?, me interroga la maldita.
-tsss, te oyera mi madre, le respondo.
-y esa camisa tan bahiana... la compraste en tus únicas vacaciones, ermitaño?



Fumamos mientras veíamos pasar la tarde, frutos de noble prosapia aún en desarrollo y con secado de sartén, mientras juegaba con algún otro gato que echaba a andar los motores cuando se subía y entonces se ponía fundido, baboso sobre las piernas flacas del hombre solo que es el buen chato, quien además vive con un cuy. Un Cuy es un ratón chascon y de tres colores que casi no se mueve durante el día.


Indiferente a nuestro chimbombo estaba en el patio estaba la pobre Danka, pastora alemana mega flaca que quedó ciega, pero la Danka tiene su revancha: cuando puede se come las matas de aquel que por puro parecerse a Cobain aprendió a tocar guitarra como zurdo antes que como diestro. Y así le fue.

Estos días oscurecen temprano.

1 comentario:

merita dijo...

ratón chascón