y les hablo desde esta lejanía
archipiélagos lengas cipreses y mar
violento.
Me colé entre unas nubes blancas a
diez mil pies de altura
encima de los cielos de Chile junto a
muchos otros
que también iban volando.
Y desde acá les digo:
Cuídense. Cuídense mucho
¡Dejen de beber por favor, les pido!
No vaya a ser que caigan en la droga.
Oye, No se endeuden. Ni se encalillen
no hagan caso del aparato de televisión
al que pasan pegados.
Es apenas un objeto electrónico y
tonto
en manos de unos cuantos chuscos de
mierda
que quieren dirigirles sus mentes y se
las han dirigido.
Hablen con las poblaciones, si
porque nada se puede esperar de la
Dehesa / Chicureo.
Nada.
Les pido encarecidamente:
¡Vuelvan a la lucha! ¡hay tanto que
hacer!
Recuperar nuestro lugar. Por algo somos
lo que fuimos. ¿o no?
Conversen con todos / unirse / recobrar
la grandeza.
Ahí encima les dejé unos libros de G.
Salazar
unos poemas del pepe García.
Hay que cambiar tanta mierda
salir del Sistema
Declararse en estado de No Pago, como
dice Pinos.
Oye, cuidado con la ambición
¿Para qué tanto celular tanto ruido
si la vida no consiste en eso?
¿Ahora sí desean venirse para acá?
los árboles / el mar.
Si quieren, hablo con la gente de aquí.
A ver si pueden recibirlos por lo menos
unos tres
cuatro millones que se vengan.
Y hacemos un país nuevo.
Podría ser.
Contesten pronto.
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