el tiempo (como
todo)
no se gana ni se pierde
y sus cambios
no se gana ni se pierde
y sus cambios
aunque siguen
ciertas reglas
no resultan predecibles
no resultan predecibles
somos mero presente y por eso,
con nuestros limitados medios
caemos rendidos a
la falsa necesidad
de dejar nuestra marca en la caverna
sin entender (por ejemplo) que
que la posibilidad reside en la medida
sin entender (por ejemplo) que
que la posibilidad reside en la medida
y que las horas, días, años, meses
solo existen en las retinas de nuestros hijos
o que como ni el río ni el mar somos los mismos
si no sueltas puedes
amar de lejos a una persona que ya no existe
que es un poco más triste que amar en silencio a una desconocida
habría que
salir
en busca de un
aprendizaje
porque aprender
tendría que ver con curar heridas
y dejar de ser quienes fuimos
para dar
y caer en la cuenta
porque aprender
tendría que ver con curar heridas
y dejar de ser quienes fuimos
para dar
y caer en la cuenta
y entender
que hay un pecado cotidiano en hacernos hombres
que esa hombría también es aprendida
y aún así gobierna los afectos que hemos construido
habría q aprender a amar de nuevo
y cuestionarse la necesidad de pedir un perdón inútil
para no estar en la culpa siempre y seguir,
pero nunca olvidar que también unx hizo daño
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