yo suelo, caballero
en sueños graves,
cabalgar horas luengas
sobre los aires.
me entro en nubes rosadas,
bajo a hondos mares,
y en los senos eternos
hago viajes
allí asisto a la inmensa
boda inefable
y en los talleres huelgo de la luz madre:
y con ella es la oscura vida, radiante,
¡y a mis ojos los antros
son nidos de ángeles!
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