
Para contarte desde tan lejos,
habría que soplar palabras que entienda el viento,
como los perros
comprenden el silbido amigo desde las sombras,
y así la tierra llame a la tierra
y la llama vuelva termal el deshielo;
y torcer su intestino azumagado e hirviente,
atenuando el hielo concentrado que traslapa desvelos
ateridos en sueños burbujeantes de hogueras.
Para contarte desde tan lejos,
habrá que tener la paciencia
del eco, que todas las lenguas sabe
y oirás del papel confinado a un zapato roto
una llama de súbito reanimada por la brisa
y un nocturno regreso que resplandece
en la mirada ansiosa de una mujer que aguarda.
1 comentario:
un saludo elias
abrazote
juntemonos pronto para ver lo de tu libro
saludos
.h.h
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