lunes, 11 de junio de 2007

Cacas Di

Para la señora Oses.


Se reía contenta y me miraba fijo con esos ojitos pequeños,
centellantes, todavía crédulos.

De seguro estaba contenta: por fin pudimos cumplir el anhelo de la caca temprana, sin contratiempos.
De hecho, sus cacas habían ocurrido con una regularidad pasmosa, casi ritmica, de seguro angelical y nosotros apenas nos habiamos percatado.
-no sea oco, dipa- me dijo en su champurreado hablar. La profesora insiste en llevarla con el fonoaudiologo por eso, pero yo creo que es pura maña, por separado habla de lo más bien.
Estabamos contentos esa mañana, los días precedentes fueron agitados por el tema del sube y baja de la marea, además de nuestro propio mareo -inundación incluida- interno y no pudimos ni detenernos a reflexionar sobre el trascendental tema.
Aún así, la noticia, la constatación de lo de las cacas, sólo podía llenarnos de alegria.

A veces siento que han pasado como mil años de ese día.

2 comentarios:

pececillos mutantes gigantescos y radiactivos dijo...

en respuesta a señor oses
pausadamente, como los polares que no tienen ningun apuro en decir lo que no valga la pena tomarse todo el tiempo del mundo para hacerlo.
La importancia trascendental de las cacas de di no ha mermado en lo absoluto, sobre todo cuando se trata de eliminar desechos de lo que se debe recordar con la magia de una historia que ocurrió porque asi tenía que ser; de la que no nos escaparemos mientras vivamos porque gracias a ella seremos mucho mas de lo que fuimos antes de conocerla a ella. A Di. A Di con su Dipa, su dipitita

cabellosdefuego dijo...

ay, sí.
esto suena mejor que la poesía, porque me confundió un poco, levemente, incliné la cabeza hacia un lado, se me vino un poco cortázar a la mente y me gustan los guiones -estos guiones.
un abrazo, feliz paro.