Sarah Connor, bajo el humo de Santiago.

Se dirá que tenemos
en uno de los ojos mucha pena
y también en el otro, mucha pena
y en los dos, cuando miran, mucha pena...
Entonces... ¡Claro!... Entonces... ¡ni palabra!
Cesar Vallejo, de Poemas Humanos.

Ningún papel puede ser doblado a la mitad más de siete veces, ni hay relojes en Las Vegas; tampoco hay destino, aunque el movimiento sea innegable. En mi cismada pienso claro como un lago sin inmundicia en cuantas veces puede doblarse la palabra de esta enfermiza y retorcida comunidad que lo único que quiere es salvarte de ti misma.

Mira como giran en sus ponys, los niños hoy no juegan por jugar. No tengo porque estar de acuerdo con lo que pienso, está nublado y los completos a medio comer nos miran de soslayo, a mitad de camino entre nosotros y el comienzo de las peleas, amores, malratos y sabores que no se van del barro en que jugamos a ser sucios.

Ya no puedes volar conmigo, lluviosa, sin techo y a oscuras, pero te llevas mis sueños, me dijo quizas con pena la luna mientras me daba la espalda, se hacía la lesa y se escondía.

Si, Villarrica anochece y amanece borrosa entre brumas de sopor y desarraigo. Pero al menos estan los sauces, que lavan, pues lloran las voces el humo y la mierda que baja desde el pueblo, en cambio aca, bueno aca nunca pondrías un termometro en el helado sin saber donde estuvo antes, menos sabiendo esas historias futuras, aprendidas en tiempos más seguros.